«Siento vértigo, asco, impotencia, rabia, frustración. Por un momento, se me va la cabeza y le deseo a Loveth todas las enfermedades venéreas existentes para que, al menos, pueda contagiar a los hijos de puta capaces de acostarse con una niña de dieciséis años por 30 euros en la Casa de Campo y disfrutar así de una sutil forma de venganza. Aquélla fue mi primera tormenta mental. A partir de esa noche, y a medida que profundizaba en las mafias de la prostitución, toda mi personalidad y mi espíritu serían vapuleados una y otra vez, hasta pervertirse y convertirme en un individuo resentido y furioso. Estúpido de mí, en ese momento no podía ni imaginar que, menos de un año después, yo mismo sería capaz de negociar la compra de niñas indígenas de trece años para subastar su virginidad en mis supuestos prostíbulos españoles.» Sí, Antonio Salas tuvo la sangre fría de sentarse a regatear por esas niñas, tragándose la impotencia y la cólera ante el hecho de que en la España del siglo XXI sea posible comprar y vender personas para explotarlas sexualmente. Pero quería demostrarlo. Durante un año, el autor de Diario de un skin se ha hecho pasar por traficante de mujeres en busca de pistas para armar el rompecabezas que descubre este libro: el del sórdido y miserable mercado del sexo
ANTONIO SALAS es el seudónimo de un conocido periodista de investigación que debe mantener su identidad en el anonimato por razones obvias. Desde que pusiera en marcha su actividad investigadora hace aproximadamente una década, ha recibido amenazas de muerte por desvelar algunos de los secretos mejor guardados y más comprometidos de los grupos criminales en los que ha conseguido infiltrarse.Desde Diario de un skin, libro de no ficción más vendido en 2003, ha recibido tanto elogios como amenazas de muerte, ya que dicho libro sirvió como base documental, aportando información clave, en el macrojuicio contra la organización neonazi Hammerskin España. A este título le siguió otro igualmente polémico, El año que trafiqué con mujeres, donde se centraba en las redes de trata de blancas y cuya publicación desencadenó la investigación sobre los amos de la prostitución española, así como la llevada a cabo por el Gobierno mexicano acerca de la trata de niñas chiapanecas. Pero sin duda, en El palestino (2010) vivimos su investigación más arriesgada y ambiciosa hasta la fecha: una infiltración en las redes del terrorismo internacional. La cara más cruda del miedo, documentada con el rigor y la peculiar ironía de una de las voces más autorizadas del escenario periodístico.Asimismo, ha desarrollado su labor profesional en prensa escrita ?Interviú, Tiempo? y en cadenas de radio y televisión como Onda Cero, Antena 3 o Telecinco.Antonio Salas es uno de los periodistas pioneros en trabajar con el formato de cámara oculta en nuestros medios. Objeto de sus investigaciones han sido sectas de diverso signo, organizaciones terroristas, tramas de prostitución o grupos del crimen organizado. El hecho de que sus libros hayan sido utilizados en varias ocasiones por los tribunales para enjuiciar diversas causas y por gobiernos e instituciones para promover distintas acciones da cuenta de la calidad y el valor de su trabajo.