No es que hombres y mujeres procedamos de distintos planetas; en realidad, todos somos animales de la misma jungla, dotados de instintos muy arraigados que influyen en nuestra forma de sentir, pensar y actuar. Las mujeres podrán mostrarse mucho más comprensivas con la -¿sorprendente?, ¿exasperante?, ¿poco práctica?, ¿selvática?- manera de comportarse de los hombres si entienden que no se trata de manías ni de ganas de fastidiar, sino de una amalgama de hormonas, simbología y reflejos condicionados.Este libro no pretende exponer teorías ni sermonear a nadie. Ni ataca ni defiende; no establece juicios de valor. Simplemente, aborda las causas biológicas, psicológicas y antropológicas del comportamiento de los hombres en las situaciones más diversas. Desde el instinto que les lleva a desarrollar una feroz competencia en la empresa hasta su apremiante necesidad de sentirse a salvo de problemas y de conflictos en el hogar, una cueva bien guardada donde nadie puede entrar sin ser invitado.Joy Browne se sirve de divertidos paralelismos con el mundo animal para ayudarnos a entender las razones del punto de vista masculino, a fin de que todos los habitantes de la selva podamos establecer una mejor convivencia. Porque nadie en su sano juicio intentaría separar a un lobo de su manada, invadir la guarida de un oso o acorralar contra la pared a un fiero león.