Introducción I. Misterio de la fe II. La Eucaristía edifica la Iglesia III. Apostolicidad de la Eucaristía y de la Iglesia IV. Eucaristía y comunión eclesial V. Decoro de la celebración eucarística VI. En la escuela e María, mujer 'eucarística' Conclusión
En la línea de la Carta apostólica 'Novo millennio ineunte' y en el contexto del Año del Rosario, el papa Juan Pablo II desea con esta Carta encíclica invitar a todos los cristianos del mundo a contemplar el rostro de Cristo en la Eucaristía, y a contemplarlo con María, modelo de relación profunda con Cristo. La Eucaristía, sacramento por excelencia del misterio pascual, es además el centro de la vida de la Iglesia. En ella se cumplen los deseos de unidad fraterna que alberga el corazón humano. Por medio de la Eucaristía, dos mil años después, se sigue reproduciendo la imagen primigenia de una Iglesia unida en torno a Cristo.
«¡No tengáis miedo! ¡Abrid de par en par las puertas a Cristo!», fueron las primeras palabras de Karol Wojtyla al ser elegido Papa el 16 de octubre de 1978. Adoptó el nombre de Juan Pablo II, y tras veinte años de pontificado se le considera uno de los Papas más grandes de toda la historia de la cristiandad. Nacido en Wadowice (Cracovia, Polonia) el 18 de mayo de 1920, fue obrero y actor de teatro antes de ser ordenado sacerdote el 1 de noviembre de 1946. Posteriormente fue consagrado obispo el 28 de setiembre de 1958 y creado cardenal por Pablo VI en 1967. Apóstol incansable, ha viajado en nombre de Jesucristo por casi todos los países del mundo. Ha escrito miles de homilías, catequesis y otros documentos, así como extraordinarias cartas apostólicas y encíclicas. Su testimonio de vida e inquebrantable fe ha conmovido al mundo. A las puertas del siglo XXI es, sin duda alguna, el líder con mayor autoridad moral.