Pensamos que somos humanos, pero ¿qué significa ser humano? ¿Cómo podemos definir la humanidad? Lenta. pero inexorablemente, los recientes progresos en ciencia y filosofía han ido socavando nuestro tradicional concepto de género humano. Así, los avances en inteligencia artificial demuestran que los humanos ya no tenemos acceso exclusivo a la razón y el conocimiento, del mismo modo que los progresos en el campo de la genética amenazan a la humanidad con un futuro incierto. Pero, si nuestro concepto de género humano se derrumba, ¿qué consecuencias tendrá en el campo de los derechos humanos? Escrito con su acostumbrada elegancia e imaginación, FernándezArmesto nos embarca en un apasionante viaje a través de la historia del género humano con el fin de mostrarnos que nuestra actual definición del mismo es un invento reciente. AI fin y al cabo, simios y humanos compartimos el 95 % de nuestros genes y, objetivamente, somos tan parecidos que un antropólogo que viniera de Marte podría clasificarnos dentro deI mismo grupo. Pero entonces, ¿por qué Ios simios no son humanos? Breve historia de la humanidad plantea la fascinante historia de la gradual expansión de la definición del género, humano y, de forma controvertida, nos anima a ir más allá en el desarrollo de este concepto, al tiempo que plantea la necesidad de repensar este asunto de forma urgente.
Augusto Assía, seudónimo de Felipe Fernández Armesto, nació en A Mezquita, Ourense, el 30 de abril de 1904. Periodista precoz, publicó sus primeros artículos en 1924 en El Pueblo Gallego de Vigo. Ese mismo año ingresó en la Facultad de Filosofía y Letras de Santiago, donde se licenció en 1927. Amplió sus estudios en Berlín, desde donde empezó a colaborar con La Vanguardia, diario en el que escribiría la mayor parte de su vida. En mayo de 1933 fue expulsado de Alemania por el Gobierno nazi, molesto con sus crónicas sobre el nacionalsocialismo y, como consecuencia de ello, le enviaron de corresponsal a Londres, donde se quedaría hasta acabada la segunda guerra mundial (salvo el periodo de la guerra civil española). Posteriormente sería corresponsal en Bonn, Nueva York y Washington. En 1970 se instaló en Galicia desde donde siguió colaborando para La Vanguardia hasta 1985 y donde moriría en el año 2002.