RANCIÉRE, JACQUES
Un torso sin extremidades, un cuerpo sin cabeza, unas manos sin cuerpo. Obras sin pies ni cabeza, en sentido literal. Lo que quiere decir: sin principio ni fin. Obras en estado permanente de huelga: huelga de significación cristalizada, de motivación mecánica, de metas impuestas a destajo. La sustracción del cuerpo de su lugar habitual de confinamiento. Ruptura del hábito por sustracción, rostros inhallables, desaparición de la acción dramática. Manos que tocan, remiendan y zurcen. Manos que no se apropian, de nada. Ruina de la propiedad. Lo manifiesto es la inactividad en plena potencia de sentidos. Dichosa imposibilidad del manifiesto. A cada individuo, su irreductible y autónoma singularidad. Impotencia de la palabra para decir el todo que es el ritmo, la subterránea música del mundo. Conciencia de la desposesión, autoconciencia. Violencia del despojo, fulgor de las cosas pobres. Nada está separado, no hay arriba ni abajo. No hay nada oculto, nada está diferido. Alto es tu nombre, bajo como el dedal, el humo y el insomnio. Es este el paraíso, el martirizado paraíso del presente. El arte es la avería de l
Argel, 1940. Es profesor emérito de la Universidad de París VIII Saint-Denis. Conocido internacionalmente por su libro El maestro ignorante y por sus estudios sobre los movimientos obreros del siglo XIX, el marxismo y el Mayo del 68, sus reflexiones claras y originales se han vuelto imprescindibles también en la relación entre arte y política. En este sentido, El espectador emancipado es la obra fundamental para entender las claves de esa relación a partir de un pensamiento comprometido con nuestra historia y nuestra actualidad.