CHAVARRÍA, DANIEL
En mayo de 2002, el gremio plumífero de la Mystery Writers of America, otorgó a esta pequeña picaresca cubana la estatuilla del Edgar Allan Poe, sin duda el premio policíaco más importante del mundo. Al divulgarse que una traducción de lengua española había triunfado contra otros cuatro finalistas anglosajones, bien conocidos del público norteamericano (como Jeffery Deaver, Teri Holbrook, P J. Parrish y Martin J. Smith), los asistentes al banquete de premiación se preguntaban qué cosa pudo haber escrito un autor cubano, para merecer tan codiciado premio, instituido en 1946, y que sólo ostentan luminarias como Raymond Chandler, John le Carré, Frederick Forsyth y otros de semejante calibre. Pero Daniel Chavarría no había hecho sino escribir lo que escribe siempre: una novela de gran amenidad, donde se mezclan la picaresca cubana, el sexo, el humor y una intriga policíaca impecable, que desde la primera página no se puede soltar.
- Como ganador del Premio Hammet de Novela negra de Gijón, se puede hacer promoción de la novela en el contexto de la Semana Negra de Gijón, los primeros días de julio.
- La novela es realmente entretenida de modo que puede ser una muy adecuada lectura de vacaciones.