ANNA BÅGSTAM
Harriet abandona su trabajo como investigadora civil en Estocolmo y una relación tormentosa y regresa a Lerviken, el pueblo donde solía pasar los veranos de su infancia, para trabajar con la policía y estar cerca de su padre enfermo. Menos de veinticuatro horas después, el cuerpo de Laura Andersson, aparece brutalmente apuñalado y con los párpados abiertos, pegados con cinta adhesiva. Empieza así una carrera contrarreloj para encontrar a un asesino imparable.