El París de Hemingway era una fiesta... y el de Zoé Valdés una rumba. Numerosos personajes célebres de la farándula literaria y artística de los años ochenta ?Julio Cortázar, Samuel Beckett, Alberto Moravia, Cioran, Dora Maar...? se dan cita en este libro bullicioso, turbador y revelador, donde se suceden episodios de toda índole, como el dedicado a la calle de los cines porno en París, donde la autora se adentraba no para ver las películas que se exhibían, sino para observar a los hombres, con sus impermeables y sus trajes de oficina. El retablo humano que contienen estas páginas muestra una época indeleble de la urbe parisina y de la Europa que fue y será para siempre, gracias al descomunal talento literario de Valdés.
«En La Habana era muy parisina, en París soy muy habanera. Nada ha variado. Pero La Habana hace varias décadas que la venero desde la distancia que ofrecen el lugar y el tiempo. No porque no quisiera regresar, sino porque mi pensamiento y mi libertad creadora impiden que las autoridades de mi país autoricen mi retorno a la tierra que me vio nacer. No me quejo, hubiera podido ser peor? Y, sin embargo, aquí estoy. Viva. Aunque este no sea precisamente el tema de la historia. Aquí sigo, sí, con vida, todavía en París, adonde llegué en 1983, a punto de cumplir los veintitrés años, por azar ocurrente, más que por ?azar concurrente?, que diría el gran poeta y novelista José Lezama Lima». ZOÉ VALDÉS
?En las páginas de "París era una rumba" Zoé Valdés habla de la capital francesa que descubrió en 1983, cuando tenía tan sólo 23 años. Habla de la libertad que le enseñó la ciudad y de las sublimes tentaciones que enfrentó. En este libro se cuenta la historia de una habanera que se hizo parisina?. Albert Bensoussan
Zoé Valdés. La Habana, 1959. Estudió en el Instituto Superior Pedagógico; de donde la expulsaron en 1980, año de la llamada Segunda Cacería de Brujas en la Universidad de La Habana. Estudió Filología en la Universidad de La Habana, sin terminarla por decisión propia. Entre 1983 y 1988 trabajó en París en la Unesco, como documentalista cultural; y durante seis meses en la Oficina Cultural de la Embajada de Cuba en esa ciudad. A su regreso a La Habana, y luego de varios años desempleada, desempeñó tareas de buscavidas en los disímiles esfuerzos que hacen los cubanos para sobrevivir, consiguió colaborar en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, de intérprete y acompañante de cineastas franceses, luego pasó al área de guiones del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) como guionista, y más tarde fue la subdirectora de la revista Cine Cubano. Ha publicado Todo para una sombra (poesía, Editorial Taifa, Barcelona, 1986), Respuestas para vivir (poesía, Letras Cubanas, 1986), Sangre azul (novela, Letras Cubanas y Actes-Sud, 1993), La nada cotidiana (Emecé, 1995), traducida a veintidós idiomas, La hija del embajador (novela, Bitzoc, 1995 y Emecé, 1996), Ira de ángeles (noveleta, Lumen, 1996), Te di la vida entera (Finalista del Premio Planeta 1996), traducida a once idiomas, Vagón para fumadores (poesía, 1996), Café Nostalgia (Planeta, 1997), Traficantes de belleza (cuentos, Planeta, 1998), Querido primer novio (Planeta, 1999), Cuerdas para el lince (poesía, 1999), Los aretes de la luna (noveleta infantil, Everest, 1999), El pie de mi padre (novela, Gallimard, 2000), Milagro en Miami (Planeta, 2001). Zoé Valdés vive exiliada en París desde 1995.