Después de terminar su relación con Justus, Yoyo vuelve a estar enamorada. Perdidamente enamorada. De hecho, el amor la llevará a cometer más de una tontería que hará partirse de risa a los lectores de su diario. Y es que el amor, especialmente a los trece años, es toda una ciencia para la que hay que prepararse a fondo.