ANTOLÍN VILLOTA, LUISA / SANTOLAYA RUIZ-CLAVIJO, ANTONIA (Ilustración)
Virginia era una niña de ojos verdes muy abiertos y cara redonda con coloretes. Hasta los tres años, apenas abrió la boca y en su casa andaban un poco preocupados pero un día miró por la ventana y dijo: Esa nube tiene forma de gaviota. Desde entonces, Virginia no paró de hablar. Y lo hacía muy bien. Tan bien, tan bien lo hacía, que por las noches era ella la que contaba los cuentos antes de dormir. Virginia nunca dejó de tener un libro entre las manos y muy pronto decidió que quería ser escritora. Virginia quería escribir historias que hicieran hablar a las palabras mudas. Para escribir, lo más importante es ser una misma dijo Virginia, y escribir desde la risa, desde las lágrimas, desde la tripa, haciendo una voltereta o cabeza abajo, pero siempre valiente para contar lo que tú quieres contar. ¿Quieres ser como Virginia? Pues aquí está su historia.
Luisa Antolín Villota no puede vivir sin las palabras desde que nació allá por 1968. Aprendió a leer a los cuatro años y siempre ha tenido un libro entre las manos. Le gusta escaparse del mundo entre sus páginas y asomarse a la realidad en ellos como si fueran espejos mágicos como el de Alicia por donde se puede saltar al otro lado. De hecho, ella cree que lo real está detrás del espejo y a menudo se siente perdida en el laberinto de la vida cotidiana. La literatura es el faro que guía su navegación. Leyendo le vinieron las ganas de escribir y no ha parado de rellenar cuadernos.
Luisa escribe cuentos y poesía. Acaba de publicar su primer libro de poemas ?Descubrimiento de la Herida? en la Editorial Vitruvio (Madrid 2009). Ha publicado en revistas y libros colectivos y uno de sus cuentos, ?Mensaje para Emilia?, ganó uno de los premios en el Concurso de Cuento Infantil no-sexista de la Comunidad de Madrid, en el año 2000.