Rafael Pérez Estrada se multiplicó en decenas de mundos, en cientos de personajes (unos apócrifos y otros reales) y en miles de imágenes (algunas obsesivas, como la de los ángeles, otras convertidas en pavesas apenas enunciadas) e intuiciones de gran carga filosófica y metafísica. Vivía hacia dentro y desde dentro esa multiplicación de existencias, como quien repasa el índice de sus posibilidades e imposibilidades, los infinitos pliegues de su alma. Fue un plural infinito y su exploración no tiene precedentes: nadie ha sido, sin salir de sí mismo, sin perder su centro de cordura y equilibrio ontológico, tantos personajes y mundos. El gran diccionario desordenado que es la obra de Rafael Pérez Estrada está presidido por una poética de la imaginación y de la magia cotidiana, pero esa imaginación y esa magia tienen un fuerte trasfondo ético. Muchos de los textos del poeta son, a su manera incruenta, antidogmática, bienhumorada y minimalista -e incluso, de vez en cuando, políticamente incorrecta- transvalorativos y revolucionarios.
Rafael Perez Estrada (Malaga, 1934-2000) es autor de una amplia y sorprendente obra tanto literaria como plastica. Su mundo creativo esta presidido por el valor que el mismo daba a la imaginacion, caracteristica señalada por la critica: «Asomarse a su literatura es vivir una tension insolita, porque nada tiene que ver con la realidad, si acaso con la fantasia mas desbordada» (Manuel Alvar). Para Pablo Garcia Baena, su obra «nunca pierde el brillo de lo poetico que nos guia por el bosque denso de