LEON, DONNA (1942- )
En Pellestrina dos pescadores de almejas, un padre y un hijo, han sido asesinados. Por la dificultad de entenderse en un dialecto diferente y la desconfianza que la cofradía de almejeros abriga contra la policía, el comisario Brunetti accede a que la enigmática signorina Elettra averigüe lo que esconde la impenetrable comunidad.
Habla de sus vivencias.Lo que llama la atención es como su conciencia no hay ni un solomomento que lo acuse.El dice no sentir remordimiento.Para el sencillamente Hittler era su jefe en su puesto de trabajo. Llama la atencion que diga que el no sabia lo que estaba pasando en los campos de concentración .Cuando 1º se encuentra por primera vez hospitalizado con un Testigo de Jehová que estaba en un campo de concentración por negarse a renunciar a su Fé y negarse a tomar las armas ni dar apoyo al regimen nazi.
2º ¿Como es posible que estando tan cerca de la jerarquia nazi, nunca oyera, ni leyera de lo que estaba pasando,mas tomando en cuenta que por el pasaba los telegramas, despachos y altos miembros de las S.S. y con algunos de estos altos cargos tenia cierta confianza o amistad?
3ºPor otro lado,las fuerzas enemigas denunciaba por radio desde el exterior lo que estaba ocurriendo.Sus suegros no sacaba en sus conversaciones con él el trabajo que realizaba,era un tema tabu.
4ºEn cuanto a denunciar lo que estaba pasando,la historia confirma que se distribuyeron por parte de los Testigos de Jehová cientos de miles de tratados o hojas sueltas que denunciba el horror nazi y la barbarie de los campos de Concentración.
El libro es interesante para darse cuenta como las mentes humanas pueden ser manipuladas como hizo Hitler.Y hasta pueden llegar tristemente a justificar el sufrimiento humano por un ideal.
He conocido en persona a Rochus Misch y creo que todo lo que dice es cierto. También he leído numerosos testimonios de otras personas que tuvieron responsabilidad en el III Reich, y nunca se menciona algo parecido al Holocausto. Ello no significa que no murieran miles de personas en campos de concentración, pero todo hay que ponerlo en su debido contexto. Una mirada a la Segunda Guerra Mundial que se focalice en el holocausto, es tan injusta como su propia negación. Por lo tanto, creo que ya es hora de volver la mirada al pasado sin complejos y estereotipos que impiden un acercamiento preciso sobre la realidad.
Un libro excelente y felicito a Uds. por entregarlo al público con tanta prontitud. Es el relato honesto de un soldado que cumplió con su deber hasta el útimo y no rompió su juramento de lealtad. Muestra a Hitler como un jefe considerado y justo, con una visión del mando absolutamente militar, muy lejos de las caricaturescas imágines entregadas posteriormente por algunos "documentados historiadores", que describen a Hitler como un demente que escalaba por las cortinas, o masticaba furiosamente las alfombras de la cancillería, cuando observaba rabioso como sus generales fallaban en llevar a cabo sus planes estratégicos, realizados en luna llena y de acuerdo al horóscopo del día. No fue magia ni histeria colectiva, lo que movió a toda Alemania y a muchos fuera de ese país, a seguir a Adolfo Hitler hasta el fin. Resulta curioso que sus secretarias y sus más allegados, jamás hubiesen escuchado una palabra acerca del holocausto judío. ¿Podría semejante monstruosidad haberse mantenido oculta hasta a sus mas cercanos?
Habla de sus vivencias.Lo que llama la atención es como su conciencia no hay ni un solomomento que lo acuse.El dice no sentir remordimiento.Para el sencillamente Hittler era su jefe en su puesto de trabajo. Llama la atencion que diga que el no sabia lo que estaba pasando en los campos de concentración .Cuando 1º se encuentra por primera vez hospitalizado con un Testigo de Jehová que estaba en un campo de concentración por negarse a renunciar a su Fé y negarse a tomar las armas ni dar apoyo al regimen nazi.
2º ¿Como es posible que estando tan cerca de la jerarquia nazi, nunca oyera, ni leyera de lo que estaba pasando,mas tomando en cuenta que por el pasaba los telegramas, despachos y altos miembros de las S.S. y con algunos de estos altos cargos tenia cierta confianza o amistad?
3ºPor otro lado,las fuerzas enemigas denunciaba por radio desde el exterior lo que estaba ocurriendo.Sus suegros no sacaba en sus conversaciones con él el trabajo que realizaba,era un tema tabu.
4ºEn cuanto a denunciar lo que estaba pasando,la historia confirma que se distribuyeron por parte de los Testigos de Jehová cientos de miles de tratados o hojas sueltas que denunciba el horror nazi y la barbarie de los campos de Concentración.
El libro es interesante para darse cuenta como las mentes humanas pueden ser manipuladas como hizo Hitler.Y hasta pueden llegar tristemente a justificar el sufrimiento humano por un ideal.
He conocido en persona a Rochus Misch y creo que todo lo que dice es cierto. También he leído numerosos testimonios de otras personas que tuvieron responsabilidad en el III Reich, y nunca se menciona algo parecido al Holocausto. Ello no significa que no murieran miles de personas en campos de concentración, pero todo hay que ponerlo en su debido contexto. Una mirada a la Segunda Guerra Mundial que se focalice en el holocausto, es tan injusta como su propia negación. Por lo tanto, creo que ya es hora de volver la mirada al pasado sin complejos y estereotipos que impiden un acercamiento preciso sobre la realidad.
Un libro excelente y felicito a Uds. por entregarlo al público con tanta prontitud. Es el relato honesto de un soldado que cumplió con su deber hasta el útimo y no rompió su juramento de lealtad. Muestra a Hitler como un jefe considerado y justo, con una visión del mando absolutamente militar, muy lejos de las caricaturescas imágines entregadas posteriormente por algunos "documentados historiadores", que describen a Hitler como un demente que escalaba por las cortinas, o masticaba furiosamente las alfombras de la cancillería, cuando observaba rabioso como sus generales fallaban en llevar a cabo sus planes estratégicos, realizados en luna llena y de acuerdo al horóscopo del día. No fue magia ni histeria colectiva, lo que movió a toda Alemania y a muchos fuera de ese país, a seguir a Adolfo Hitler hasta el fin. Resulta curioso que sus secretarias y sus más allegados, jamás hubiesen escuchado una palabra acerca del holocausto judío. ¿Podría semejante monstruosidad haberse mantenido oculta hasta a sus mas cercanos?