Entre la semblanza personal y el ensayo, el «relato biográfico» que Agustina Bessa-Luís dedicó a su compatriota y amiga la gran artista María Helena Vieira da Silva es un libro excepcional que reúne a dos creadoras incontestables del siglo XX. Publicado por primera vez en 1982 e inédito hasta ahora en español, Tiempo al tiempo (el título original, Longos dias têm cem anos, alude a lo dilatado de su gestación, de acuerdo con el adagio portugués) es fruto de la estrecha relación que mantuvieron desde que se conocieron a comienzos de los sesenta en la casa lisboeta de otra figura capital, la poeta Sophia de Mello. Tres décadas de trato íntimo y un profundo afecto mutuo le dan especial intensidad a este hermoso texto que refleja dos o incluso tres presencias, pues tanto el marido de la pintora, el también artista Arpad Szenes, como la propia escritora (tan unida a ambos) comparecen igualmente en el retrato. Las reflexiones sobre el arte y la vida de Vieira da Silva se ven reforzadas por la fina inteligencia y el original estilo de Bessa-Luís, siempre denso y elíptico, que persigue a menudo la sorpresa o el salto, el giro inesperado o misterioso en el desarrollo del pensamiento. Su discurso es comentado en los márgenes por la protagonista y a veces replicado por la biógrafa, en una especie de irónico y bienhumorado duelo que reproduce los términos de una conversación memorable.
Fue una de las grandes escritoras portuguesas del siglo XX, por la calidad de su prosa, la originalidad de su perspectiva y su ambición total, equiparada a la de los principales maestros europeos contemporáneos. Desde su estreno a finales de los años cuarenta hasta que abandonó la escritura por motivos de salud, en 2006, esta inmensa creadora publicó cerca de un centenar de títulos, especialmente novelas y cuentos, pero también obras de teatro, crónicas, ensayos, memorias y biografías. El virtuosismo, la densidad y la fuerza simbólica de su escritura concuerdan con la complejidad de la materia tratada, que no es otra que la aproximación al alma de las personas en su misterio y singularidad irreductibles. Aunque la amplitud de sus referentes sea universal, la obra de Bessa-Luís constituye una parada ineludible a la hora de abordar la identidad lusa, el pasado de la nación y su esencia mítica. Sus «diálogos» y guiones con el cineasta Manoel de Oliveira están en el origen de varias de sus películas. Fue miembro de la Academia de las Ciencias de Lisboa, desde 1979, y directora del Teatro Nacional Portugués entre 1990 y 1993. En 2004 recibió el premio Camôes, el más importante de lengua portuguesa.