Entrado el mes de mayo es una bendición
bajar hasta la huerta, quedarse quieto, sin pasado
y sin porvenir, quieto, muy quieto, en el rincón
de la noguera y el manzano. Un aire que transparenta
y un aroma que trasciende. Si pudiese aguantarme
bastaría. Cualquier atisbo de belleza
es derrota, revela de súbito la vanidad
del solitario. Este es su peligro. Que el hombre
se crea alguien y al meterse en honduras
qué triste la alegría, cuánta melancolía de antemano.
- LATENCIA
Fermín Herrero (1963) es natural de Ausejo de la Sierra, Soria. Premio de las Letras de Castilla y León otorgado en 2014 al conjunto de su amplia obra poética, cuyo núcleo lo conforman seis libros publicados en esta editorial: Echarse al monte, Un lugar habitable, El tiempo de los usureros, Tierras altas, Tempero y Sin ir más lejos, con el que obtuvo el premio de la Crítica a nivel nacional en 2016. Ha recibido, además, varios de los galardones punteros de la lírica española: Hiperión, Gil de Biedma, Fray Luis de León o Jaén, entre otros. A pesar de todos estos reconocimientos nos encontramos ante un poeta casi secreto, con una voz singular alejada por completo de escuelas y tendencias contemporáneas.