La realidad siempre está en otra parte. Aquello que consideramos, en el mundo de lo cotidiano, de la vigilia, como lo verdadero, permanece oculto, agazapado tras su autenticidad aparente: cada acto, cada objeto, cada palabra posee el don de la multiplicidad, y por lo tanto nada es unívoco. Como en Cortázar, como en Borges, en la literatura de Sergio Pitol los personajes titubean siempre ante la bifurcación polivalente de senderos que habrán de conducirlos a actos y situaciones a cual más desconcertante y sin rumbo aparente. Dividida en tres partes recuerdos y reflexiones, cuentos y aproximaciones críticas, Soñar la realidad. Una antología personal es la mejor puerta de entrada al mundo de uno de los escritores más dotados para el artificio verbal, la creación de atmósferas y retratos y la crítica despiadada e irónica de los prejuicios, cuya maestría ha sido finalmente recompensada con el Premio Cervantes en 2005.