DESROCHES NOBLECOURT, CHRISTIANE
Los símbolos egipcios la estrella Sotis y la omnipresencia del río, las pirámides y el dios Sol, las momias y Amón el oculto, etc. pueblan todavía nuestro imaginario con una curiosa mezcla de mitos y figuras divinas. Si continúan ejerciendo tal fascinación en el mundo racional de Occidente es porque están directamente relacionados con los misterios de la vida y la muerte, lo real y el más allá. Christiane Desroches Noblecourt es una apasionada de Egipto desde hace más de setenta años. Ha dirigido el departamento egipcio del museo del Louvre y numerosas excavaciones, de modo que conoce mejor que nadie el universo simbólico de aquella civilización. En este descenso por el Nilo invita a descubrir, etapa por etapa, un mundo donde el desierto y el río, los pueblos del sur y los del norte, la piedra y el sol imprimen una coloración especial a los símbolos de esta civilización. Es un viaje apasionante que nos reserva más de un descubrimiento. Christiane Desroches Noblecourt, conservadora general honoraria de los Museos de Francia y del departamento egipcio del Louvre, ha sido profesora de la Escuela del Louvre, y posteriormente inspectora general de los museos nacionales. Condecorada con el título de Gran Oficial de la Legión de Honor, fue la primera que recibió la medalla de oro del CNRS y la gran medalla de la UNESCO. Es autora de grandes éxitos como Las ruinas de Nubia o Tutankhamen: vida y muerte de un faraón. Daniel Elouard es redactor jefe de la revista Notre Histoire. Ha publicado Uoyage au bout du tourisme (1992) y La Genèse et ses mistères (2001).
Christiane Desroches Noblecourt (1913-2011) dedicó su larga trayectoria como egiptóloga a descifrar y proteger el legado del Antiguo Egipto. No se limitó a explorar como hicieron otros ?fue la primera mujer en dirigir una excavación arqueológica en 1938?, sino que arriesgó su propia vida al unirse a la Resistencia para ocultar los tesoros egipcios del Louvre de las manos nazis. Años después, sus esfuerzos lograron la preservación de los templos nubios que iban a desaparecer por la construcción de la presa de Asuán ?uno de ellos, el de Debod, recaló en Madrid?. Su empeño como escritora fue «animar a los lectores, sin extenderme en explicaciones eruditas ni fatigarles con palabras altisonantes».