MARTÍNEZ CERRADA,LOLA
Lola renace de sus cenizas, como el Ave Fénix. Después de estos mesesnegros de confinamientos, se vislumbra una pequeña luz al final deltúnel. De nuevo, la vida empieza a fluír. Amanece, muchos se levantanpara ir a trabajar, los niños van a la escuela o juegan en el parque,los ancianos se sientan al sol... Y hay una parte no tan agradable,que son los sin techo que, con sus cartones a cuestas, buscan un lugar donde guarecerse, esas colas del hambre, esos indigentes que duermenpor las esquinas y se atiborran de alcohol para evadirse de la tristerealidad que les rodea... Las secuelas de la pandemia.