En febrero de 2001 se anunció que el genoma humano no contiene cien mil genes, como se creía en un principio, sino sólo treinta mil. Esta sorprendente revisión llevó a los científicos a pensar que no existen suficientes genes humanos para todos los tipos diferentes de comportamiento, por lo que nuestro carácter debe de formarse a partir del entorno, no de la genética. Sin embargo, Ridley sostiene que el ambiente también depende de los genes y que los genes necesitan de él, ya que éstos absorben experiencias formativas, reaccionan a factores sociales e incluso hacen funcionar la memoria.
Matt Ridley, doctor por la Universidad de Oxford, ha colaborado en publicaciones como The Economist o The Sunday Telegraph. También es autor, entre otros, del best seller Genoma (Taurus, 2000). Actualmente Ridley preside el International Centre for Life dedicado a la difusión de la ciencia y es profesor visitante en el prestigioso laboratorio Cold Spring Harbor de Nueva York.