DICKINSON, EMILY
EMILY DICKINSON (1830-1886) nació y murió en Amherst, pequeña población del estado de Massachussetts de donde apenas salió. Pese a llevar una vida retirada, creó una obra ingente y de enorme trascendencia en las letras occidentales. La naturaleza, el amor, la muerte, la eternidad y la reflexión sobre la misma poesía son algunos de los temas que informan dicha obra. Su estilo es elíptico y elusivo, de un profundo y original simbolismo. Hoy es reconocida como la mayor poeta de lengua inglesa, pese a que apenas publicó en vida unos ocho poemas.
Para elaborar esta primera edición bilingüe de su poesía completa en el ámbito de la lengua española hemos seguido la edición canónica de Johnson, que apareció por primera vez en 1955.
?El estilo de Dickinson, ya sea como contemplación o como ejercicio de voluntad, favorece el interrogarse sobre la interpretación e insinúa una especie de otredad, tanto en la actitud humana como en los procesos naturales. Su originalidad no ha sido igualada ni siquiera por la fuerza de sus descendientes poéticos: Wallace Stevens, Hart Crane, Elizabeth Bishop. Su canonicidad surge de su lograda extrañeza, de su misteriosa relación con la tradición. Aún más, se origina en su fuerza cognitiva y en su agilidad retórica, no en el hecho de que fuera mujer ni en cualquier ideología que se pueda derivar de ello. Su incomparable transporte, su Sublime, se fundamenta sobre el despojar de nombre a nuestras certezas y convertirlas en espacios en blanco; y le concede, al igual que a sus lectores, otra manera de ver, casi en la oscuridad?.
HAROLD BLOOM
La poetisa norteamericana
Emily Dickinson nació en Amherst,
Nueva Inglaterra, en 1830. Estudió en la Academia de Amherst y en el Seminario
Femenino de Mount Holyoke, Massachusetts, donde se formó en un ambiente
calvinista muy rígido, contra el que manifestó un obstinada rebeldía, pero que
impregnó profundamente su extraña concepción de Universo.
Emily
Dickinson se aisló muy pronto del mundo y no admitió, a partir de entonces,
entrar en contacto con nadie que no estuviera a la altura de sus conocimientos
y de sus afectos, como lo estuvieron, por ejemplo, sus cuatro preceptores :
Benjamin Franklin Newton, quien le hizo leer en edad muy temprana a Emerson, y
luego el reverendo Charles Wadsworth, el escritor Samuel Bowles y el Juez Otis
P. Lord, con quienes mantuvo una correspondencia abundante y asidua a la que
hoy recurren todos aquellos que desean ahondar en la aventura espiritual de tan
peculiar personalidad.