La sociedad actual tiende a saturarnos de «acontecimientos» sensacionales que nos insensibilizan ante el único acontecimiento auténtico: el encuentro con lo real.
Por no ser anticipable, lo real irrumpe sorpresivamente, acontece alterando nuestra identidad hasta el punto de que preservarla exige asimilar lo imposible; de lo contrario, nuestra existencia encalla.
Son las crisis las que empujan al hombre a lo imposible: a inventarse, a crearse. Crisis y creación, momentos antilógicos de su paradójica constitución, hacen capaz al hombre de recibir y esperar más de lo imaginable.
Así, cuanto más eludimos lo real, más se empobrece el propio yo. Y no vale jugar a negarlo: «No hay yo, sólo roles distintos en contextos diversos». La psicosis desmonta las identidades construidas y hace imposible elegir un personaje; en ella, el hombre aparece en persona con su humanidad al desnudo.
Por esto la locura se revela eficaz para comprender quién es el hombre. Pero no a partir de sus éxitos y conquistas, de sus roles y máscaras, sino de su ex-istencia varada, incapaz del encuentro personal y sensible con lo real y con el mundo.
Henri Maldiney (1912-2013) ha sido un destacado y original fenomenólogo francés. Su pensamiento ha influido en áreas como la psiquiatría y la estética, especialmente en el ámbito de la pintura y la arquitectura.
Henri Maldiney nació en Meursault (Côte dʼOr / Francia) el año 1912. Estudió en la Escuela normal superior hasta 1933 y obtuvo el título en Filosofía el año 1938. Participó en la Segunda Guerra Mundial y fue hecho prisionero. Tras ser liberado, enseñó en el Instituto de altos estudios de Gante (Bélgica) y más tarde en la Universidad de Lyon (Francia), donde impartió psicología, filosofía y estética. Entre sus principales influencias cabe destacar la filosofía de Edmund Husserl y de Martin Heidegger, la obra del lingüista Gustave Guillaume y de los psiquiatras Ludwig Binswanger y Leopold Szondi. Murió en Montverdun (Loira) el año 2013. Entre sus numerosas publicaciones cabe destacar: «Regard Parole Espace», 1973; «Art et existence», 1985; «L’Art, l’éclair de l’être», 1993; «Aîtres de la langue et demeures de la pensé»; 1974; y, en particular, «Penser l’homme et la folie», 1991, su primer libro traducido al español.