«No sé bien si los adolescentes pueden o no leer Pelo de zanahoria. Pero es indudable que los adultos sí deben leer esta historia para comprender qué es un adolescente, qué necesita y qué le perjudica.» Así de contundente se muestra Ana María Moix en el prólogo a la nueva edición de este maravilloso clásico de las letras francesas. Y es que, adolescente o adulto, cualquier lector sale transformado de la lectura de esta novela, uno de los textos más lúcidos, hermosos y desgarradores que se han escrito sobre las relaciones familiares. Con un lenguaje sutil y lleno de memorables imágenes, Renard retrata la vida en el campo de un niño al que llaman, por el color de su cabello, Pelo de zanahoria. Inspirándose en su propia y dura experiencia, Renard nos habla de un chico problemático, obligado a convivir con una madre que no le quiere, un padre que le ignora y unos amigos que hacen de él constante objeto de burla. Pelo de zanahoria va a descubrir de qué materiales está hecho el mundo, pero también el mundo va a oír la voz decidida de este niño que, desde hace más de un siglo, nos ayuda a entender el universo de los más pequeños.
Pierre-Jules Renard nació en Châlons-du-Maine, Mayenne, en 1864, y murió en París en 1910. Hijo de un obrero del ferrocarril, su infancia, difícil y triste, transcurrió en la región de Nièvre. En 1888 contrajo matrimonio con Marie Morneau, con la que se trasladó a vivir a París, donde inició su carrera literaria. Hombre de convicciones republicanas, fue alcalde de Chitry y dejó escrita una obra honesta, en buena medida inspirada en la campiña de la región donde creció. Entre sus narraciones destacan "Pelo de zanahoria" e "Historias naturales". En 1907, ingresó en la Academia Goncourt.