A finales de la década de los ochenta, un joven investigador colombiano, Manuel EIkin Patarroyo, saltaba a las páginas de los periódicos de todo el mundo con la esperanzadora noticia del descubrimiento de la primera vacuna contra la malaria. Se resaltaba además el hecho de que se trataba de la primera vacuna química de la Historia y que las investigaciones encaminadas a su descubrimiento se habían llevado a cabo al margen de la industria farmacéutica. No obstante, aquel acontecimiento no marcaba más que el inicio de una aventura en que el primer mundo, en defensa de sus intereses, se revolvería como una fiera herida contra la implantación de la vacuna. Este libro narra, con el ritmo de un auténtico relato de aventuras, los antecedentes, las investigaciones y los años de lucha de Patarroyo (Premio Príncipe de Asturias 1994) por erradicar la enfermedad de los pueblos más pobres de la tierra. Pero esta es una historia abierta. La batalla todavía sigue.