Gran parte de los críticos de la filosofía moral kantiana, influidos por la interpretación de Hegel hiciera de ella, la han imputado erróneamente el cargo de concebir a los seres humanos como capaces de dejar a un lado todos sus interes, sentimientos y deseos para actuar únicamente por respecto a una ley moral impersonal que nada tiene que ver con nuestro verdadero yo. Sin embargo, nada hay más alejado del verdadero carácter de la filosofía de Kant que esa interpretación dualista que separa lo racional de lo sensible, lo fenoménico de lo nouménico.