Jimena no se viste según los cánones de la moda, se pasa las horas enfrascada en la lectura o perdida en sus fantasías, escribe poemas y cuentos, y pesa muchos más kilos de los que se consideran «correctos» para una chica de su edad. Sus gustos y su peso son diferentes y no encajan bien con los de sus amigos, quienes la consideran «un bicho raro». Un día de verano aparece Samuel, un chico que también se atreve a ser diferente y con quien Jimena vivirá una hermosa historia de amor.
Carmen Gómez Ojea es de Gijón. Allí, cuando estudiaba el tercer curso de Filología Románica en la Universidad de Oviedo, quedó finalista en el premio de novela convocado por el Ateneo Jovellanos, con < i > Las manos inútiles < /i > . A partir de ese momento obtiene otros galardones, como el de la Casa del Mar de Cádiz, el de El Entrego, el Tigre Juan, el Nadal con < i > Cantiga de agüero < /i > , el Una Palabra Otra con < i > La novela que Marien no terminó < /i > y el Carmen Conde de poesía con < i > En la penumbra de cuaresma < /i > .