Bacon tenía a España en la sangre. Un español, Velázquez, fue su gran maestro. De su Retrato de Inocencio X diría Bacon, rotundo, «siempre he creído que este era uno de los mejores cuadros del mundo. He intentado, sin ningún éxito, hacer ciertas reproducciones de él». Por amor, a otro español, éste de carne y hueso, Francis Bacon llegó a Madrid, ya ochentón. Sería su último viaje. En esa ciudad moriría, rodeado de monjas. Mortalmente vivo hurga en ese puñado de días, los diez últimos pasados en la ciudad. Javier Santiso se atreve a recrearlos, con su prosa poética, hecha de hermosos girones, metiéndose bajo la piel del artista y en la cabeza de los últimos actores y testigos que presenciaron el final del gran artista. Un fuera de serie, que no se despeinaba por nada, que era un jilguero, amante de la buena vida y al que le gustaba provocar, embestir, «porque el arte poco tiene que ver con el buenismo, el arte nos salta, nos asalta», dice Javier Santiso.
(Saint Germain en Laye, Francia, 1969) es economista, formado en París y en Oxford. Ha vivido entre Francia, Inglaterra y España. Ha publicado en las editoriales académicas de mit, Cambridge, y Oxford y en 2017 creó una propia dedicada al arte y la poesía, La Cama Sol, inspirada en la mítica francesa Fata Morgana, que busca el diálogo entre poetas y artistas como Joan Margarit y Paula Rego, Christian Bobin y José María Sicilia, Pere Gimferrer y Antoni Tapies. En 2017 publicó su primer poemario, El octavo día, al que en 2018 seguiría Antes de que venga la noche, conjuntamente con la obra y alrededor de la pintora Lita Cabellut, ubicada en La Haya. Guarda una veintena de manuscritos en su baúl, poemarios sobre todo, cuentos y alguna novela. Ha traducido del francés al español poetas como los franceses Christian Bobin y Lucien Becker, y al malayo Latiff Mohidin. Actualmente trabaja en la traducción de la poeta siria Maram al Masri y de Christian Bobin. Desde 2019 reside de nuevo en Madrid.