¿Quién no recuerda, entre los acordes de Rhapsody in blue, las imágenes de los rascacielos y puentes de Manhattan con que arranca el mejor homenaje de un director a Nueva York y a sus neuróticos habitantes ? «Amaba Nueva York La había hecho desproporcionadamente romántica. No importaba cuál fuese la estación, para él era una ciudad en blanco y negro que vibraba al son de las grandes melodías de George Gershwin», dice la voz en off de Isaac (Woody Allen) al comienzo de Manhattan, la cómica y encantadora crónica de varias parejas de la seudointelectualidad neoyorkina. Nadie negará que en un cine como el de Woody Allen, donde los personajes no paran de hablar, se interrumpen y se atropellan con asombrosa espontaneidad, la lectura del guión siempre resulta gozosamente enriquecedora, no sólo para cinéfilos y entusiastas, sino también para el lector común, que puede leer el filme como si de una narración dialogada se tratara y sorprenderse con la sinceridad y el humor de su autor.
Woody Allen (su
verdadero nombre es Allen Stewart Konisberg) nació en el barrio de Brooklyn,
Nueva York, en 1935. Showman,
guionista de radio y televisión y autor de teatro, Allen se ha hecho
mundialmente famoso por sus películas, que escribe, dirige
y con frecuencia protagoniza.
Tusquets Editores ha ido publicando desde 1981 los guiones de sus películas,
sus obras de teatro y sus relatos. En 2002 se le concedió el Premio Príncipe de
Asturias. Recientemente, ha sido nombrado doctor honoris causa por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.