Maria y Niall son hermanastros y tienen una media hermana menor, Celia. Criados por una pareja de artistas de éxito (un cantante y una bailarina), han sido niños consentidos, han vivido de gira en gira, acostumbrados al aplauso y al relumbrón de la farándula, sin otra disciplina que «la regla del silencio en el teatro durante los ensayos». Con el tiempo, Maria se ha convertido en una actriz famosa y Niall en compositor de «melodías facilonas» que se bailan y tararean en toda Inglaterra y toda Francia; por su parte, Celia, sin entenderlo como un sacrificio, se ha dedicado a cuidar de su padre un hombre genial pero caprichoso y exigente a la hora del retiro. Pero ahora, en una reunión familiar en una casa de campo, el marido de Maria los acusa de ser unos parásitos y ellos se preguntan si realmente, o hasta qué punto, lo son. A partir de esta incierta revelación, la novela alterna magistralmente presente y pasado para revelarnos el curso de tres vidas donde coexisten el valor y la cobardía, el trabajo y la veleidad, el escándalo y el retraimiento. En Los parásitos (1949) Daphne de Maurier puso mucho de su propia vida como hija de artistas e iluminó el mundo bohemio con los detalles más vívidos y las sensaciones más difíciles de captar. Una forma de dormir, un anillo con una piedra azul, una nevada en Londres o un horrible pudin de arroz se cargan de significado en esta historia de lazos familiares, egos invencibles y devaneos eróticos muy lejos de lo convencional.
(1907-1989), criada en un ambiente artístico y muy refinado, hija de los actores Gerald du Maurier y Muriel Beaumont, comenzó en el mundo literario como autora de novelas románticas hasta que le llegó el éxito con dos auténticos superventas seguidos, La posada de Jamaica (1937), y su gran novela, Rebeca (1938), ambas adaptadas al cine por Alfred Hitchcock con gran éxito. Entre 1951 y 1952 aparecen otras dos cimas de su obra, la novela Mi prima Raquel y la colección de relatos The apple tree, que, tras el éxito de una nueva adaptación de Hitchcock con Los pájaros (1963), se retitularía The birds and other stories. Escribió con continuidad hasta los años setenta. Debido a su carácter reservado, desde muy pronto se recluyó en Cornualles, localidad donde nació y situó muchas de sus mejores historias.