Casi desde que tienen uso de razón, Rickey y GMan, amigos desde niños y ahora unidos sentimentalmente, trabajan en las cocinas de los restaurantes de New Orleans. Convertidos ya en chefs y hartos de cocinar para otros, una idea empieza a rondarles la cabeza: montar su propio local. Un restaurante con suculentos y elaborados platos en los que destaque un ingrediente común: el alcohol. Para conseguirlo habrán de recorrer un largo y tortuoso camino en el que incluso sus vidas correrán peligro.