Ingrid Balaguer es una soprano que conocerá la fama y el declive; Elías Leiva es un esforzado pianista y un enamorado servidor de la cantante. Cuando las vidas de los dos protagonistas se unan cambiarán para siempre.
Novela plena de música, que se lee con el en-tusiasmo por comprender y dilucidar con el que se lee una gran novela negra, Las tres muertes de Ingrid aborda el mundo de la ópera y del jazz, la pasión por el arte como algo más grande que la vida, la enfermedad de alzhéimer y sus estragos, los profundos y misteriosos vínculos del amor y del deseo
Una obra que incluye belleza, erotismo, atonalidad, dolor, misericordia, la generosa entrega de la lealtad, contradicciones, devo-ción, libertades y sometimientos, esperanzas y desesperación
Una trama que emociona y que incita a preguntarnos sobre el destino, la pasión, el compromiso, la aventura, los finales, la fatalidad.
José M.ª García López (1945) es licenciado en Filología Hispánica. Abulense de origen, reside principalmente en Madrid y Cádiz. Ha publicado los libros Sombra derretida (1988, premio de Poesía Erótica), Memoria del olvido (1994, premio Rafael Alberti) y Serán ceniza (poesía 1988-2008). Asimismo es autor de las novelas La ronda del pecado mortal (1992), El baile de los mamelucos (2002; edición portuguesa en 2005), Infame turba (2006), El pájaro negro (2008), En la ciudad subterránea (2012), El corazón de la piedra (2014), Pasolini o la noche de las luciérnagas (2015) y Las grullas de Hokkaido (2018). También ha publicado relatos sueltos o en forma de libro ilustrado (La muerte y la doncella, 2011), versiones de obras clásicas (Fenicias de Eurípides, 1998) o artículos y ensayos sobre cine, teatro, actualidad, arte y poesía. Del autor de Pasolini o la noche de las luciérnagas y Las grullas de Hokkaido se ha escrito: «José M.ª García López se recrea y nos recrea con la hermosura de una prosa magnífica, efectiva, pero no efectista, al tiempo que va tomando compromiso en torno a una cierta posición entre el discurso artístico y el creador, o entre ambos y la sociedad» (Luis de la Peña, El País). «Muy pocos escritores españoles manejan el idioma como lo hace el autor (...) García López conjuga la filiación barroca de sus imágenes, a veces algo borgianas, con la pureza y llaneza del idioma, la rentabilidad estética de los recursos expresivos con la funcionalidad del discurso narrativo» (Miguel García-Posada, ABC).