Los proyectos de 1856 y 1873 son dos intentos fallidos de renovación constitucional en nuestra historia decimonónica. Aún así, constituyen dos momentos de nuestro pasado sumamente atractivos y prometedores cuya trascendencia para explicar el curso de nuestro constitucionalismo no ofrece la menor duda. La experiencia constituyente de 185456 es punto de referencia ineludible en la construcción de nuestra historia parlamentaria ya que fue cuna de dos fracciones políticas destinadas a tener un brillante porvenir: en ella se configura la Unión Liberal como auténtico partido seguidor de ODonnell y en ella logra consagración oficial el partido demócrata .En esta Asamblea también debutarían dos jóvenes políticos llamados a ser años más tarde los artífices de la Restauración logrando en el último tercio de siglo lo que en los años 185456 no habían logrado y ni siquiera quizás sinceramente intentado Espartero y ODonnell. Nos referimos a Antonio Canovas del Castillo que en 1854 contaba veintiséis años de edad y militaba en las filas odonnellistas y a Práxedes Mateo Sagasta, seis meses y medio mayor que él, y esparterista en aquel entonces. El proyecto constitucional federal de 1873 es, por otro lado, un nuevo y ambicioso intento de modernización institucional tendente a resolver problemas endémicos de nuestro constitucionalismo que, de haber fructificado, nos hubiera situado en presencia de una de las Constituciones más innovadoras y avanzadas de la época.