CYRULNIK, BORIS / AGOSTINI, MELINA BELÉN (Ilustración)
A lo largo de sesenta años, Boris Cyrulnik ha sido testigo vivo de lo que él denomina «la loca historia de la psiquiatría», que va desde la práctica de la lobotomía, el uso de camisas de fuerza mentales y físicas, las condiciones deplorables que padecían los pacientes en los hospitales psiquiátricos; luego Lacan y el psicoanálisis, hasta llegar a la tranquilidad que le ha aportado la teoría del apego, de la cual la resiliencia es su capítulo preferido, su portavoz.
Hubo que transitar caminos muy oscuros para que nuestra cultura pudiera hoy dar a luz una psiquiatría más humana que nos invita a repensarlo todo.
Este libro es el testimonio del largo viaje que ha llevado a Cyrulnik a intentar explicar, aliviar, y en ocasiones curar, el sufrimiento psicológico. Le dio «el placer de comprender y la felicidad de sanar las almas heridas».
Boris Cyrulnik. Nacido en Burdeos en 1937 en una familia judía, sufrió la muerte de sus padres en un campo de concentración nazi del que él logró huir cuando sólo tenía 6 años. Tras la guerra, deambuló por centros de acogida hasta acabar en una granja de la Beneficencia. Por suerte, unos vecinos le inculcaron el amor a la vida y a la literatura y pudo educarse y crecer superando su pasado.
No es ni mucho menos gratuito que el Dr. Cyrulnik haya indagado tan a fondo en el trauma infantil: con siete años vio cómo toda su familia, emigrantes judíos de origen ruso, eran deportados a campos de concentración de los que nunca regresaron. "No es fácil para un niño saber que le han condenado a muerte". Era el típico caso perdido, un "patito feo" condenado a llegar a la edad adulta convertido en un maltratador, un delincuente o un tarado.
Boris Cyrulnik se transformó en un neuropsiquiatra, psicoanalista y estudioso de la etología, siendo uno de los fundadores de la etología humana.