AYALA, FRANCISCO / MORAVIA, ALBERTO
La parafernalia luminosa y el cinismo de la Roma de Mussolini es el escenario de la que es, probablemente, la mejor y más conocida novela de Moravia. En ella se narra la historia de Adriana, una muchacha sencilla y pobre, muy hermosa, que trabaja posando desnuda como modelo para un pintor, acepta regalos de los hombres y no sabe muy bien cuándo abandonó su sueño de tener un hogar e hijos para convertirse en prostituta. También es la historia de Giacomo, estudiante universitario y revolucionario fallido que rechaza la idea de estar enamorado de Adriana. de la siniestra figura de Astarita, el oficial de la policía secreta obsesionado con la muchacha. y de Sonzogno, un burdo criminal que trata a Adriana como su propiedad privada. Las relaciones entre todos ellos conforman la que es, según algunos críticos, una de las escasas novelas del siglo XX que se encuentran a la altura de Dostoievski. «Con La romana he querido crear la figura de una mujer llena de contradicciones y errores y, no obstante, capaz por su ingenua vitalidad y arranque afectivo de superar esas contradicciones y de remediar esos errores para alcanzar una clarividencia y un equilibrio que les son negados a los más inteligentes.»
Francisco Ayala nació en
Granada en 1906. Estudió derecho y filosofía y letras en Madrid. En 1936,
mientras realiza una gira de conferencias por Sudamérica, estalla la guerra
civil y regresa a España. En 1939, tras la derrota republicana, inicia un largo
exilio en un periplo vital que le llevará a ejercer la docencia en Buenos
Aires, Río de Janeiro o Puerto Rico. En 1956 se instala en Nueva York y es
profesor de literatura española e hispanoamericana en prestigiosas
universidades. En 1960 vuelve por primera vez a España, donde fija su
residencia en 1976 y participa activamente en la vida intelectual del país. A
lo largo de su intensa y dilatada vida, Ayala, doctor honoris causa por varias universidades y académico desde 1984, ha
ido creando una prolífica obra narrativa y ensayística que ha recibido el
reconocimiento público con numerosos galardones, entre ellos el de la Crítica (1972), el Nacional de
Narrativa (1983), el de las Letras Españolas (1988), el
Cervantes (1991) o
el Príncipe de Asturias (1998).