CALERO PALMA, RAFAEL
A Rafael Calero no le hace falta que nadie desee nada por él. Si lo miras bien te das cuenta de que sigue intacto. Puedes ver al niño curioso y combativo que imagino que fue, puedes verlo hurgando ensimismado cada desconchón de cal, preguntándose qué hay detrás de tando blanco inmaculado.