LÓPEZ, ALFONSO
El investigador privado concertado Felipe Marlou (¿a quién nos recuerda este tipo?) recibe un nuevo encargo: descubrir a los culpables de la pobreza en el mundo: Como recurrir al listado de beneficios de la gran banca y las corporaciones transnacionales seguramente hubiera sido considerado pecado, nuestro hombre armado de un escepticismo activo se pasea por los Objetivos del Milenio, se interna en los misterios de la ayuda oficial al desarrollo y desciende por la historia y la genética a los orígenes de la pobreza, para constatar, sin demasiada sorpresa que la pobreza no es rentable para nadie.