Laurel, ama de casa y artista, que desde la muerte de su tío ve fantasmas, se despierta viendo el fantasma de Molly, una amiga de su hija. Al seguirlo encuentra el cadáver de ésta flotando en su piscina. Esto despierta muchas sospechas en ella, desconfía de su hija, de sus vecinos, de la prima que tienen de invitada. Al notar que sus nervios no aguantan pide ayuda a su marido, informático, un hombre retraído, quien llama a la madre de Laurel para que le haga compañía. Esto hace renacer los secretos familiares, secretos que la madre siempre oculta tras una falsa imagen de buena educación y buenos modales. Desesperada, va en busca de su hermana Thalia, actriz rebelde y marginada del resto de la familia. Thalia no sólo se dispone a ayudarle a encontrar al culpable del asesinato, sino que también intenta convencer a Laurel de lo fútil y falsa que es su vida y su matrimonio. Al investigar por su cuenta la muerte de Molly, van destapando todo tipo de secretos de un barrio aparentemente decente y tranquilo Prostitución, alcoholismo, pederastia, exhibicionismo... Finalmente la investigación les hace mirar hacia sus raíces más humildes y volver al lugar de nacimiento de su madre, un pueblo extremadamente pobre y conflictivo. Aquí descubren hasta dónde es capaz de llegar su prima para salir del pueblo. Llegan a tiempo de ver cómo intenta ahogar a Shelby, la hija de Laurel, y muere tratando de evitar que Laurel y Thalia salven a Shelby. Al salir esto a la luz, salen también todos los viejos secretos familiares. Thalia aprende a aceptar el matrimonio de su hermana, y ésta decide organizar un hogar para los niños del pueblo de su madre y así darles las oportunidades que su prima nunca tuvo.
