La mujer de la arena (1962), novela del escritor Kobo Abe, galardonada con el Premio Yomiuri, se centra en la historia de un entomólogo, Jumpei, que, buscando un nuevo espécimen de insecto, queda varado en una aldea perdida en las dunas de una playa. Mediante un engaño, Jumpei es retenido contra su voluntad en la casa de una bella viuda, y en donde es forzado a trabajar a su lado para palear fuera la arena que constantemente se filtra por el techo y las paredes. La mujer de la arena puede ser vista como una metáfora del desgastante paso del tiempo a través de la constante presencia de la arena, y de la forma en que el ser humano hombre y mujer encaran sus existencias como mejor pueden ante el inevitable destino que acecha con el transcurso de los días. De igual manera, la novela puede ser interpretada como una lucha entre las capacidades del ser humano contra la adversidad que le puede representar un entorno sutilmente hostil como las cambiantes dunas. El director de cine Hiroshi Teshigahara la hizo película en 1964, con el desaparecido Eiji Okada como Jumpei y Kyoko Kishida como la viuda que da título al libro.
Kôbô Abe (Tokio, 1924-1993) vivió su adolescencia en Manchuria, entonces dominada por el ejército japonés, lo que dejó hondas huellas tanto en su literatura como en su visión del mundo. Tras doctorarse en Medicina por la Universidad de Tokio, se dedicó a creaciones literarias de tendencia vanguardista y, en 1951, obtuvo el Premio Akutagawa por La pared: el crimen del señor S. Karma. El reconocimiento mundial de sus novelas La mujer de la arena y El rostro ajeno (ambas publicadas por Siruela) lo ha convertido en uno de los escritores más destacados de la literatura japonesa moderna.