Se incorpora al catálogo de Destino, una de las voces más potentes del panorama literario vasco. Ismael lleva dos años intentando escribir su próxima novela, pero no consigue producir más que borradores sin vida. Su crisis se acentua cuando se ve obligado a pasar las tardes con su padre, ya que su madre ha sufrido un accidente. Cuando un hombre toma conciencia del lastre que ha supuesto el género en su vida y una mujer decide liberarse del suyo.