Con la batalla de Lepanto y la expedición de la Armada Invencible, Trafalgar es el tercero de los hitos navales que aún permanecen vivos en la memoria de los españoles. El 21 de octubre de 1805 fecha de la que ahora conmemoramos su segundo centenario, la flota francoespañola se enfrentó a la británica a la altura del cabo Trafalgar, en Cádiz. La alianza con Francia había sido fruto de la errática política exterior de nuestro país, dirigida por Manuel Godoy, hombre fuerte del rey Carlos IV. Esta alianza, promovida por el todopoderoso Napoleón, llevó a España primero a la guerra con Portugal y a continuación al enfrentamiento con Inglaterra. Estaba en juego, en realidad, el dominio de Europa, así como la primacía militar y comercial en los mares de todo el mundo. El combate de Trafalgar transcurrió en unas condiciones aciagas para la coalición hispanofrancesa. Se llevó a cabo bajo la deplorable dirección del almirante Villeneuveque iba a ser sustituido en el mando, y acabaría suicidándose un año después y en contra de la opinión de los altos mandos españoles: Gravina, Alcalá Galiano y Churruca. Frente a ellos tenían nada menos que al almirante Nelson, uno de los más brillantes estrategas que ha dado la marina de guerra, quien conocía de antemano las deficiencias de los aliados y los previsibles estadios por los que discurriría el choque. Todos ellos, nombres ya legendarios, perecieron con honor como consecuencia de aquella jornada junto a más de 7000 hombres. El resultado tuvo una gran trascendencia, aunque no inmediata. esta fecha marca el comienzo de la soberanía de Inglaterra en todos los océanos merced a la que levantaría su imperio económico y militar y el declive de Napoleón y de España, que se vieron privados de una parte significativa de sus respectivas flotas, resultando así debilitada su influencia internacional. Este libro imprescindible, escrito por el académico Hugo 0`Donnell con amenidad y rigor, que viene acompañado de magníficas imágenes, cuadros y diagramas, nos introduce en esa batalla histórica que reunió a las tres mayores potencias navales del momento, cuando el dominio del mundo dependía de las velas y los cañones.