Huérfano a los tres años, insomne permanente, cineasta de joven, gran lector y muy solitario son algunas de las frases que definen al gran escritor y Premio Nobel de Literatura en 1968, Yasunari Kawabata. Su más reciente aparición nos llega a través de La bailarina de Izu, un libro que reúne, primero, un cuento homónimo donde se refleja el sutil erotismo que caracteriza otros escritos del autor y esas ganas que siempre tuvo por querer y ser querido. Luego viene Diario de mi decimosexto año, un extracto de su diario de vida donde da cuenta de lo difícil que fue para él sobrellevar solo la enfermedad de su abuelo y su consiguiente muerte. La bailarina de Izu es un libro autobiográfico, gran reflejo de esas escenas simples y breves que suelen pasar por el lado desapercibidas, trágico sin amargar, detallista y, quizás lo más importante, escrito de manera magistral.
Yasunari Kawabata nació en Osaka en 1899. Huérfano a los tres años, insomne perpetuo, cineasta en su juventud, lector voraz tanto de los clásicos como de las vanguardias europeas, fue un solitario empedernido. Escribió más de doce mil páginas de novelas, cuentos y artículos, y es uno de los escritores japoneses más populares dentro y fuera de su país. Mantuvo una profunda amistad con el escritor Yukio Mishima, del que fue su mentor y difusor. Recibió el Premio Nobel de Literatura en el año 1968. Entre sus obras, muchas de ellas marcadas por la soledad y el erotismo, destacan La bailarina de Izu, El maestro de Go, Lo bello y lo triste (Emecé, 2001), Mil grullas (Emecé, 2005), País de nieve (Emecé, 2007), El rumor de la montaña (Emecé, 2007) e Historias de la palma de la mano (Emecé, 2008). Kawabata se suicidó a los setenta y dos años.