Eliseo, primogénito de un sacerdote perteneciente a la tribu de Aarón, tiene su futuro determinado para ser sacerdote y servir al Dios de Jacob. Se enamora de Sara, se casan, y ella muere al dar a luz. Con el alma desolada, se convence de que su destino es entregarse a una tarea signada por el celibato. La bella Salomé es la joven hija de Herodías y Filipo, gobernador de las provincias de Iturea y Traconite. A los doce años, su madre la dejó en la mansión de Agripina, en Roma, como prenda política y allí descubrió su pasión por la danza y el amargo destino al que deberá someterse: ser una cortesana licenciosa al servicio del poder.