Las delimitaciones respecto de otras corrientes artísticas son tan poco claras como el agua del Sena sobre el que se refleja la luz, un motivo que los pintores impresionistas de la Francia de finales del siglo XIX representaron repetidamente. Del mismo modo que la luz se refleja en la superficie del agua, también este pequeño grupo de pintores influyó sobre su entorno con sus exposiciones, celebradas entre los años 1874 y 1886. No solo influenciaron a otros artistas en todo el mundo, sino que enseñaron a la sociedad burguesa de su tiempo una nueva forma, más moderna, de pintar y de ver.
Karin H. Grimme, afincada en Berlín, trabaja como historiadora, historiadora de arte y escritora para museos, exposiciones y medios, centrándose en la historia de los siglos XIX y XX y en particular en la de los judíos en Europa. Autora de numerosas publicaciones periodísticas y académicas para medios escritos, audiovisuales y multimedia, como escritora y editora ha compuesto obras sobre la burguesía judía en el siglo XIX, entre otras cosas.