La lectura es profundamente evolutiva, no sigue recorridos lineales, no se es lector o no lector de la misma manera durante toda la vida. La lectura es reactiva, siempre está inserta en las necesidades de construcción de uno mismo, siempre está pensada como una forma de ida y regreso de uno mismo con los otros. Este libro, construido a partir de relatos de vida de obreros jubilados y de presos, permite comprender los diferentes factores que intervienen en la formación de las diferentes formas de ser y transformarse como lector. Al presentarlo, Martine Poulain ha escrito: los mismos ambientes (la familia, la escuela, la prisión), los mismos imperativos (vivir, forjarse una identidad, trabajar, distraerse, dormir), los mismos propósitos (comprender el mundo, criar a los hijos, comportarse bien con los demás, defenderse) suponen o impulsan la voluntad de leer o, por el contrario, la de no leer [...] Los placeres o displaceres del texto, los enriquecimientos o empobrecimientos que se sienten, las necesidades o vacíos que se experimentan no obedecen únicamente a los lectores o a los escritos, sino al momento del encuentro, a la expectativa que se forma el lector en determinado momento de su vida.
este libro es el segundo mejor que e leido en la vida
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