El infierno, tal como se describe en este libro, es tanto una cuestión religiosa como una invención popular, y la habilidad del autor consiste en mezclar ambos conceptos con el fin de demostrar que fue la presión del pueblo la que obligó a la Iglesia a fijar una doctrina oficial respecto al tema. De este modo, y en alucinantes imágenes narrativas, el texto hace aparecer ante nuestros ojos visiones macabras e inimaginables suplicios, para después analizar el modo en que racionalizaron todo esto los teólogos con el fin de convertir el infierno en un arma de disuasión, en la prueba de una justicia divina e implacable. Obra indispensable para todo aquel que se interese por la evolución de la cultura, Historia de los infiernos acaba haciendo, además, un certero diagnóstico de nuestra contemporaneidad: de la desaparición del infierno tradicional y su identificación con las angustias cotidianas de la conciencia moderna.