Cádiz se olvida por un día de la guerra. Bate palmas y se viste de fiesta para celebrar en los jardines de Palacio el 16 cumpleaños de la Infanta. Tras un espectáculo de danza y espadas, Josefina, el aya de la Infanta, y el seductor conde Capriosky, la convencen para que contemple el castillo de fuegos artificiales desde el barco del conde polaco, anclado en la bahía. Nadie en la corte sospecha que ambos trabajan para los intereses del Mariscal Víctor. La gitanilla Canelilla también es engañada para subir a la goleta. Ella no sabe que su padre es el temible bandolero Lucas Olvido, que mantiene a raya las tropas del Mariscal. Otro símbolo de resistencia que Víctor debe eliminar para alzarse sobre la ciudad.