Ema, la cautiva tiene -y sigue exhibiendo, a treinta años de su primera edición en octubre de 1981- toda la intensidad de ese momento único que es, para decirlo con el mismo César Aira, la primera vez de la invención: ni ensayo preliminar ni borrador de los comienzos, sino explosión liberada en ese instante en que cristaliza la apuesta de vida del escritor y, con ella, el nacimiento de un mundo, por completo nuevo. Están allí la apuesta radical por un arte general de la invención; las formas que se da ese imperativo; la atmósfera de frivolidad y el aire de melancolía; el trastrocamiento de las perspectivas que termina por hacer visible esa singular arquitectura de planos superpuestos y trayectorias envolventes, que teñirá de extrañeza las geografías argentinas.
César Aira (Coronel Pringles, Argentina, 1949) es escritor y traductor. Desde 1992 publica entre dos y cuatro libros al año, sobre todo novelas breves (su bibliografía consta ya de más de sesenta títulos). En 1996 obtuvo una beca Guggenheim; en 2013 ganó el premio a la trayectoria artística del Fondo Nacional de las Artes en la categoría Letras; en 2014, el premio Roger Caillois para autores latinoamericanos (que en su momento ganaron Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Roberto Bolaño), y en 2016, el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas. Sus obras han sido traducidas a numerosos idiomas.