Un hombre y un ángel ante el espejo. Nada tan distinto. Al contemplarse en él, la realidad humana se evapora, mientras que la celeste proyecta su belleza angélica, pero renovada y grávida de sentido. Sólo el amor tiene la capacidad de emparentar a los humanos con los ángeles. En esta tierra, los breves instantes que procura el amor conducen a los amantes ante las puertas de la plenitud del ser, donde los opuestos se reconcilian. En este territorio milagroso, la angustia ha perdido todo dominio, la vida y la muerte caminan de la mano y ninguna frontera es ya capaz de separar lo visible y lo invisible.
Nació en Praga, Bohemia, República Checa (en aquellos años Imperio Austrohúngaro) en 1875 y murió el 29 de diciembre de 1926, en Val-Mont, Suiza. Es considerado por la crítica uno de los escritores más importantes del siglo XX. Escribió su obra fundamentalmente en alemán, si bien es autor asimismo de varias obras en francés. Sus obras fundamentales son, en poesía, las Elegías de Duino y los Sonetos a Orfeo y en prosa Cartas a un joven poeta y Los cuadernos de Malte Laurids Brigge. En 1912 visitó España (Toledo, Córdoba, Sevilla) y recaló en Ronda, donde residió durante dos meses y donde trabajó en la sexta de las Elegías de Duino. Al término de la I Guerra mundial se trasladó a Suiza y allí, en 1924 y en el cantón de Valais, empezó la redacción de sus poemas franceses, Vergeles y Cuartetos valaisianos, publicados en 1926, y Las rosas que no aparecería hasta después de su muerte, en 1949.