Lucía Almandoz, una joven barcelonesa que a finales del siglo XX está atravesando una crisis personal y vive atenazada por el temor a un futuro anodino, se ve inesperadamente transportada al año 1892. Ataviada con sombrero y polisón, aparece en la finca que tiene en Melijovo (Rusia) el escritor Antón Chéjov, cuya obra conoce y admira. Pero al placer de tratar en persona con el gran escritor se suman no pocos inconvenientes: Lucía debe justificar su insólita presencia en el seno de la numerosa familia Chéjov, así como acostumbrarse a la rutina de un siglo extraño, sin agua corriente ni letrinas, y en el que las mujeres independientes despiertan recelos. Pero eso no la amilana y decide aprovechar su estancia en Melijovo para mejorar la vida del escritor e impedir que éste cometa los errores que darán un final trágico a su vida. a cambio, espera que Chéjov le revele el secreto que le permitió «aceptar la vida tal como viene y mirar de frente a la muerte sin perder la sonrisa». Esta divertida y original novela, además de ser una conmovedora historia llena de humor, constituye una magnífica introducción a la obra de Antón Chéjov, que cautivará tanto a los conocedores de la narrativa del genial escritor ruso como a quienes nunca lo han leído.
Su primera novela, Las noches de San Juan, obtuvo el premio Femenino Lumen en 1998. Con posterioridad, publicó Primer vuelo (2001) y El viaje de las palabras (2005), sobre la que Enrique Vila-Matas escribió: Woody Allen le divertiría esta alegre novela conmovedora. En el año 2006 publicó su cuarta novela, Perseguidoras, y la crítica reconoció en su trayectoria a una escritora de primer orden que ha hecho de la creatividad su marca de estilo, «lo que, sumado a un notable afán fabulador, en el sentido legítimo de la expresión, destaca como el valor que otorga distinción a esta heredera de Chéjov», Pilar Castro, El Cultural, El Mundo.