Nadie puede sobrevivir a sí mismo . Esta frase resume la historia de Gonzalo Guzmán Porto. Su vida se nos presenta como un trayecto circular desde su infancia en la posguerra española y su juventud en el ambiente bohemio del París de los años 50, hasta completar el ciclo con el regreso al lugar de su niñez, a la familia de la que un día fue arrancado... María Blanca Blanquer Prats empieza desgranando, en primera persona, los avatares de un Gonzalito de cinco años que contempla, desde su perspectiva de niño, un mundo descarnado que escapa a su comprensión: