SANNA, ALESSANDRO
Creo que podemos cambiar el mundo si, una vez más, empezamos a escucharnos unos a otros. A conversar sencilla y honestamente. No se trata de negociaciones, de mediaciones, de debates, de resolución de problemas, ni de reuniones, sino de una conversación honesta, en la que todos hablemos, nos sintamos escuchados y escuchemos atentamente. Así empiezan los grandes cambios, cuando comenzamos a compartir nuestras experiencias, nuestras esperanzas y miedos. ¿Por qué no empezar de nuevo a hablar de nuestros deseos, de nuestros miedos, de nuestras oraciones, de nuestros hijos? He escrito este libro para animar a los lectores a empezar a hablar de lo importante. No pretende nada más. Es una invitación a caer en la cuenta de lo que pasa, a clarificar los propios pensamientos y la propia experiencia, y a charlar con los que nos rodean. Espero que los lectores se unan a esa conversación.