Estoy orgulloso de haber sido clandestino, nadie me ha convencido. Yo he decidido asumir este riesgo. Patrick Ejosa Lambal, pescador, clandestino y co-autor del libro El pescador que volia anar al país dels blancs.
Cuando escuchamos la expresión lobo de mar, inconscientemente, pensamos en un viejo con una poblada barba blanca y más bien entrado en kilos, una especie de Papa Noel con pipa y jersey de lana y de cuello alto. Patrick Ejosa Lambal es precisamente todo lo contrario. Treinta y cinco años, delgado y musculoso, pero se ha pasado media vida navegando en piragua. Ha hecho tres viajes como clandestino para llegar a las Islas Canarias. Uno de ellos se torció y la precaria embarcación tuvo que regresar a las costas africanas sin conseguir su objetivo. En los otros dos, llegó a pisar la tierra de las islas afortunadas, pero terminó siendo deportado. No sólo se merece el calificativo de lobo de mar, sino también el de valiente. Él, sin embargo, con toda naturalidad, sólo se define como pescador y, con toda dignidad, como clandestino. Ahora, Patrick ha publicado un libro junto a Jordi Tomàs, El pescador que volia anar al país dels blancs (El pescador que quería ir al país de los blancos), un libro que explica cómo son los viajes en piragua y cómo es ser clandestino, en primera persona y con orgullo, sin miedo a hablar, sin voluntad de esconder nada. Jordi Tomàs ha presentado el libro en Cataluña, Patrick, sin embargo, sólo puede hablar desde el patio de su casa en Oussouye, una localidad situada en la región de la Casamance, al sur de Senegal.
El País. 1-04-2013. Blogs Lola Huete Machado.